Lecturas para bebés de 0 a 4 años: ¿cómo escogerlas?

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Un Plan de Fomento de la Lectura de ámbito nacional, nos recordaba hace unos años: “Si tú lees, ellos leen”. Sobran aclaraciones, pero el ejemplo de los padres es determinante a la hora de iniciar a los niños en el fascinante mundo de la lectura, acercándolos así a  la Literatura que tantas cosas buenas nos aporta.

El hecho de que los padres lean, y de que haya presencia de libros (y periódicos cuando los bebés son más grandes), son factores facilitadores. A partir de ahí sólo nos queda hacer un pequeño “esfuerzo”, a fin de que aprecien las historias, enseñanzas e ilustraciones de cuentos ahora… y novelas, cómics o ensayos, dentro de unos años. Ese esfuerzo en realidad se convierte en algo placentero, y estáis a punto de descubrir cómo.

Seguro que muchos de vosotros habéis leído cuentos blanditos a vuestros hijos cuando apenas tenían unos meses de vida, ¿recordáis por qué lo hacíais? Exacto: el momento de leer a los hijos es muy gratificante porque posibilita un contacto muy intenso. A nosotros nos encanta observar cómo nos miran atentamente mientras susurramos frases cortas sobre pequeñas ovejas que se acurrucan junto a sus mamás; a ellos les reconforta sentir nuestra presencia, y darse cuenta de que nos importan.

Si tenéis niños más grandes os dirán que la lectura ayuda a desarrollar la imaginación, mejora la comprensión y la expresión, facilita el aprendizaje de la ortografía y la gramática… Eso es cierto, pero cuando se lee porque se aman las lecturas, se hace por placer, por pasar buenos momentos, por descubrir, etc; cada uno tiene sus motivos.

Y como sabemos que motivos no os faltan para coger a los más pequeños en brazos y leerles unas páginas cada noche, queremos ahora ayudaros a seleccionar esos libros que llegarán puntualmente a su cita, minutos antes de que los niños concilien el sueño. Hoy os vamos a explicar qué tener en cuenta a la hora de escoger lecturas para niños de 0 a 4 años.

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Sigue estas recomendaciones

Las características principales que deben reunir esos libros son: para bebés de hasta seis meses, los escogeremos blanditos (también pueden ser de tela), observad que predomina la imagen sobre el texto, pero eso es bueno, porque para el niño es muy importante que papá o mamá les cuenta cosas bonitas sobre los dibujos. Más adelante, y hasta el año, aprovechad que en el mercado hay libros juguete que sus manitas pueden manipular, e incluyen narraciones muy cortitas.

Entre uno y (aproximadamente) tres años, la imagen aún es más significativa que el texto, y podemos introducir historias secuenciadas, a condición de que sean cortas. A esas edades pueden seguir una secuencia sencilla, y normalmente las temáticas más recurrentes son las relacionadas con la familia, los sucesos cotidianos y el entorno. Así encontraremos cuentos sobre la visita a los abuelos, una mañana en el parque, la consulta del pediatra, animales domésticos, etc. Tened en cuenta que los cuentos aún deben ser resistentes (tapas y páginas más duras que con edades superiores), porque no sólo abrirán las páginas, sino que las utilizarán para morder, servir de barco a los muñecos, o lanzar y escuchar qué sonido hacen.

A partir de los tres años, los libros tienen el propósito básico de entretener. El texto seguirá siendo breve, aunque ya permitirá la participación de los niños buscando personajes, repitiendo frases, etc. No olvidemos que los dibujos todavía son importantes, y permiten apreciar las diferencias según el estilo de quien ilustra, lo cual por sí mismo ya es tremendamente educativo.

A la edad en la que muchos niños empiezan la escuela, la oferta de literatura infantil incluye desde libros troquelados e ilustraciones en relieve, hasta contenidos mucho más elaborados que inician a los niños en la verdadera literatura: cuentos clásicos, populares, historias con un cierto nivel de complejidad, etc. El texto va adquiriendo más importancia, y buena parte de los libros se editan en mayúsculas, para facilitar la etapa de lectoescritura.

Como veis no tenéis que esperar a que sepan leer para que disfruten de la lectura, y por otra parte, además de leerles, podéis (y debéis) dejar que ellos descubran la magia de los libros por sí mismos

Antes de acabar, nos gustaría contaros que a la hora de escoger lecturas no debemos ser demasiado estrictos, y que un niño de 3 o de 4 años sabe bien lo que quiere, en ocasiones es bueno dejarles escoger. Seguimos otro día con recomendaciones de lecturas para niños de entre cinco y 7 años, estad atentos.



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